Clotilde Cerdà, arpista y masona, más conocidacomo Esmeralda Cervantes

Barcelona, 14 de abril de 2024

Nació en Barcelona el 28 de febrero de 1861, hija del urbanista Ildefonso
Cerdá, responsable del Ensanche barcelonés, y de la pintora Clotilde Bosch y
destacó por su arte a temprana edad. Siendo ella muy pequeña, sus padres
se separaron y fue desheredada, aunque mantuvo el apellido Cerdà y su
madre se preocupó por darle una intensa educación fuera de Cataluña.
Estudió música y, con tan solo trece años, tocó el arpa en los actos que la
reina Isabel II organizó en Viena en honor a Miguel de Cervantes. Allí estaba
presente el escritor francés Víctor Hugo, quien le sugirió que cambiara su
nombre por el de Esmeralda, el mismo de la protagonista de su novela Notre
Dame de París. La reina Isabel le propuso, entonces, que adoptara también el
apellido Cervantes y la nombró arpista de cámara. A partir de aquel acto,
Esmeralda ofreció conciertos ante la realeza europea en países como
Inglaterra o Portugal y participó en el último concierto de Liszt en Roma. El
compositor Wagner aseguró de ella que era un genio.
Tras un largo viaje por Latinoamérica, se estableció en París, donde editó La
Estrella Polar (1878), un periódico literario en el que trataba temas de crítica
social, musical, literaria y crónicas de sus viajes y para el que solicitó la
colaboración de autores como Pérez Galdós, Hartzenbusch y Castelar. En
1879 regresó a España para dar recitales en varias localidades y, después de
asistir en Madrid a la boda de Alfonso XII con María Cristina de Habsburgo-
Lorena, emprendió un nuevo viaje que la llevó a Marsella y Roma. Antes de
comenzar su segunda gira por América, dio una serie de conciertos, muchos
de ellos benéficos, en Valencia, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran
Canaria y se interesó por las asociaciones filantrópicas del momento.
Esmeralda Cervantes se inició en la Logia masónica “Lealtad” de Barcelona
en 1881, adoptando el nombre simbólico de Esther, al mismo tiempo que
continuaba sus recitales benéficos y daba clases de arpa. En 1885 fundó en
Barcelona la Academia de Ciencias, Artes y Oficios, institución a la que dedicó
su fortuna y con la que quería fomentar la educación de la mujer, no solo para

el mejor desempeño de sus deberes naturales sino también para liberarla de
la esclavitud que provoca la ignorancia y la falta de recursos propios. En 1886
se trasladó a Brasil, donde fundó conservatorios de música, una escuela de
arpa y escribió en prensa. Fue vicepresidenta de la Alianza Universal de
Mujeres por la Paz y se casó en 1895 con el millonario Oscar Grossman.
Durante los siguientes 30 años trabajó como docente y ofreció conciertos para
la alta sociedad en Rusia, Alemania, Puerto Rico y Brasil. En Constantinopla
fue profesora de las sultanas del harén y aprovechó su estancia para estudiar
costumbres, educación, literatura y artes turcas. Por ello, realizó
posteriormente un trabajo sobre la educación de la mujer en Turquía,
presentado en la Exposición Universal Colombina de Chicago en 1893.
En 1913 fue profesora de arpa en el Conservatorio Nacional de México, centro
en el que ejerció hasta su regreso a España en 1918 y, finalmente, se retiró
en compañía de su marido a Santa Cruz de Tenerife en búsqueda de una vida
más sosegada y allí falleció a los 65 años de edad.
Entre sus composiciones cabe destacar «El adiós de las golondrinas» (1877),
«La paz» (1877) dedicada al presidente mexicano Porfirio Díaz, «La agonía»
(1880) y «Meditación ante la Virgen» (1881), todas ellas para arpa, y
«Salutation angélique» (1920) para voz y arpa. También publicó «Historia del
arpa» en la revista «El ángel del hogar» (1885) y «Education and Literature of
the Women of Turkey» (Chicago, 1893).
La Gran Logia Femenina de España quiere recordar hoy la figura de esta
insigne mujer no solo por su talento artístico, sino también por su compromiso
personal contra la esclavitud y a favor de la enseñanza, la paz y el progreso
femenino, evidencias claras de su compromiso masónico.

Barcelona, 14 de abril de 2024

Nació en Barcelona el 28 de febrero de 1861, hija del urbanista Ildefonso
Cerdá, responsable del Ensanche barcelonés, y de la pintora Clotilde Bosch y
destacó por su arte a temprana edad. Siendo ella muy pequeña, sus padres
se separaron y fue desheredada, aunque mantuvo el apellido Cerdà y su
madre se preocupó por darle una intensa educación fuera de Cataluña.
Estudió música y, con tan solo trece años, tocó el arpa en los actos que la
reina Isabel II organizó en Viena en honor a Miguel de Cervantes. Allí estaba
presente el escritor francés Víctor Hugo, quien le sugirió que cambiara su
nombre por el de Esmeralda, el mismo de la protagonista de su novela Notre
Dame de París. La reina Isabel le propuso, entonces, que adoptara también el
apellido Cervantes y la nombró arpista de cámara. A partir de aquel acto,
Esmeralda ofreció conciertos ante la realeza europea en países como
Inglaterra o Portugal y participó en el último concierto de Liszt en Roma. El
compositor Wagner aseguró de ella que era un genio.
Tras un largo viaje por Latinoamérica, se estableció en París, donde editó La
Estrella Polar (1878), un periódico literario en el que trataba temas de crítica
social, musical, literaria y crónicas de sus viajes y para el que solicitó la
colaboración de autores como Pérez Galdós, Hartzenbusch y Castelar. En
1879 regresó a España para dar recitales en varias localidades y, después de
asistir en Madrid a la boda de Alfonso XII con María Cristina de Habsburgo-
Lorena, emprendió un nuevo viaje que la llevó a Marsella y Roma. Antes de
comenzar su segunda gira por América, dio una serie de conciertos, muchos
de ellos benéficos, en Valencia, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran
Canaria y se interesó por las asociaciones filantrópicas del momento.
Esmeralda Cervantes se inició en la Logia masónica “Lealtad” de Barcelona
en 1881, adoptando el nombre simbólico de Esther, al mismo tiempo que
continuaba sus recitales benéficos y daba clases de arpa. En 1885 fundó en
Barcelona la Academia de Ciencias, Artes y Oficios, institución a la que dedicó
su fortuna y con la que quería fomentar la educación de la mujer, no solo para

el mejor desempeño de sus deberes naturales sino también para liberarla de
la esclavitud que provoca la ignorancia y la falta de recursos propios. En 1886
se trasladó a Brasil, donde fundó conservatorios de música, una escuela de
arpa y escribió en prensa. Fue vicepresidenta de la Alianza Universal de
Mujeres por la Paz y se casó en 1895 con el millonario Oscar Grossman.
Durante los siguientes 30 años trabajó como docente y ofreció conciertos para
la alta sociedad en Rusia, Alemania, Puerto Rico y Brasil. En Constantinopla
fue profesora de las sultanas del harén y aprovechó su estancia para estudiar
costumbres, educación, literatura y artes turcas. Por ello, realizó
posteriormente un trabajo sobre la educación de la mujer en Turquía,
presentado en la Exposición Universal Colombina de Chicago en 1893.
En 1913 fue profesora de arpa en el Conservatorio Nacional de México, centro
en el que ejerció hasta su regreso a España en 1918 y, finalmente, se retiró
en compañía de su marido a Santa Cruz de Tenerife en búsqueda de una vida
más sosegada y allí falleció a los 65 años de edad.
Entre sus composiciones cabe destacar «El adiós de las golondrinas» (1877),
«La paz» (1877) dedicada al presidente mexicano Porfirio Díaz, «La agonía»
(1880) y «Meditación ante la Virgen» (1881), todas ellas para arpa, y
«Salutation angélique» (1920) para voz y arpa. También publicó «Historia del
arpa» en la revista «El ángel del hogar» (1885) y «Education and Literature of
the Women of Turkey» (Chicago, 1893).
La Gran Logia Femenina de España quiere recordar hoy la figura de esta
insigne mujer no solo por su talento artístico, sino también por su compromiso
personal contra la esclavitud y a favor de la enseñanza, la paz y el progreso
femenino, evidencias claras de su compromiso masónico.

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