A LA BÚSQUEDA DEL SÍMBOLO

EL TAROT
Barcelona, 8 de diciembre de 2023

Al igual que en los cuentos infantiles o en el Juego de la Oca, el juego del Tarot, con
su capacidad adivinatoria, es un conjunto de imágenes que encubre una realidad
diferente a la mostrada, especialmente cabalística y alquímica. El Tarot tiene 78 cartas
en total, con las que se puede jugar como a cualquier otro juego de naipes, pero estas
cartas son de dos clases, porque hay 56 cartas llamadas arcanos menores y 21
arcanos mayores numerados y uno sin numerar. Hay quien considera que el Tarot
es El libro de Abraham el judío, que encontró Nicolás Flamel y por el que
peregrinó a Compostela en busca de la Obra. Se dice que este libro y estos
Arcanos Mayores, o Cartas o Claves, son, a su vez, El Libro de Toth.
Así lo dice Juli Peradejordi en el prólogo de “El libro de las Figuras Jeroglíficas”, de
Nicolás Flamel: “El libro de Abraham el judío, que cuenta con tres veces siete hojas
numeradas, se nos aparece como un singular símbolo de El Libro de Toth, o sea, el
Tarot, que consta también de veintiún arcanos mayores numerados, más uno sin
numerar”.
La manera más sencilla de hacer accesible el conocimiento de estas claves, es
mostrándolas bajo forma de baraja, con la que se puede jugar, como dijimos, juegos
de azar, de forma que no levante sospechas, y pueda ser enseñado a quien merece
recibir esa enseñanza.
La cábala esotérica utiliza estas claves para interpretar los 22 senderos de la
Sabiduría del Árbol de la Vida, por lo que representan, entonces, el recorrido del
alma por las distintas realidades y universos en los que vivimos.
El Tarot de Marsella es, quizá, el más importante y sobre él se hicieron algunas
modificaciones, según distintas escuelas. En él, las figuras, los colores, los elementos
que componen cada Carta, por más nimios que parezcan, son imprescindibles para
revelar el contenido que se quiere revelar.
Hoy nos fijaremos en El loco, el Arcano Mayor sin número, o con el número 0, que
tiene una iconografía que resulta familiar al parecerse mucho a la de un santo muy
popular, San Roque, patrono de pueblos y ciudades que se encuentra en la mayoría
de las iglesias y capillas cristianas.
San Roque es un santo que va acompañado de su perro, vestido de peregrino, con la
esclavina, el bordón y la calabaza. Nos muestra su muslo herido, símbolo de la
iniciación y está vinculado al hermetismo. La concha que muestra, significa que ha
culminado la obra alquímica.

El Loco viste un traje harapiento, que deja un poco al descubierto sus nalgas, lleva un
bastón y una alforja por todo equipaje. Está de perfil, caminando con decisión, mirando
hacia arriba. Le sigue su perro, que intenta morderlo, o jugar. Representa sin duda a
un peregrino que inicia una búsqueda siguiendo el curso de las estrellas.
San Roque, con su herida, además de la iniciación parece simbolizar la herida del Rey
Amfortas, el rey del Grial, con su posible pecado de lujuria, y la parcial desnudez del
Loco podría aludir también a algunos aspectos sexuales.
En el Tarot de Rider-Waite, el Loco lleva un vestido verde, adornado con flores y
ruedas, y simboliza, según Veet Pramad, el Hombre Verde, enigmática iconografía que
analizaremos en otra ocasión.

Comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras noticias de interés