Alice Guy-Blaché (Saint-Mandé, 1873 – Wayne, Nueva Jersey, 1968) fue la primera persona en realizar una película de ficción, sentando así las bases del género de ficción cinematográfica.
Hija de editores, pasó su infancia en Francia (su país natal), Chile y Suiza. Terminados sus estudios de secretariado, comenzó a trabajar como secretaria en la Compañía General de Fotografía de Max Richard, aunque al año siguiente dio rienda suelta a su capacidad creativa y, cuando en 1895 Léon Gaumont se asoció con varios nombres ilustres (Gustave Eiffel, Joseph Vallot, y Henry Besnier), compró la Compañía General de Fotografía y creó la Compañía Gaumont, Alice con la cámara Demeny-Gaumont, combinaba ya imágenes en movimiento y escenas de teatro en su primera película titulada “La Fée aux Choux”. En 1907, se casó con Herbert Blaché, director y coproductor en los Estados Unidos en la década de 1910.
Alice no solo fue pionera en los efectos especiales, la ciencia ficción fílmica, el lenguaje cinematográfico (planos, iluminación, attrezzo, montaje, caracterización…) sino también en lo que actualmente es la labor de productor ejecutivo. Además, también fue la primera en conseguir mantenerse económicamente gracias a su trabajo en este dominio tan artístico. Rodó más de 1000 películas, fundó varias productoras en Francia y Estados Unidos y luchó por ser reconocida internacionalmente como directora, actriz y productora.
Cosechó grandes éxitos en géneros tan distintos como: western, drama, espionaje, fantasía, policíaco…. Abrió un estudio en Fort Lee (Nueva Jersey) que llegó a ser un lugar importante en el mundo del cine y la Metro Goldwyn Mayer distribuyó sus realizaciones hasta 1918. Sus películas tenían un protagonismo masculino y femenino por igual, ahondando en complejos temas religiosos o culturales. Fue importante su creatividad sobre todo en cuanto al género policíaco y creó el cine narrativo tal y como se conoce hoy en día. En 1913 escribió “Woman’s Place in Photoplay Production”, denunciando en él la exclusión de las mujeres en el mundo del cine, cuando comenzaba a convertirse en un negocio rentable y un medio de comunicación por excelencia. Tal y como dijo Ricciotto Canudo en “El Manifiesto de las Siete Artes”, Alice Guy trató el cine como arte, algo que dejaba de ser el entretenimiento de los pobres para pasar a contar historias.
Recibió la Legión de Honor de la República francesa en 1953 y, cuatro años más tarde, la Cinemateca Francesa le rindió un homenaje.
Entre sus películas cabe destacar: La Fée aux Choux (1896), La Vie du Christ (1906), Les Résultats du féminisme (1906), My Madonna (1915), Ocean Waif (1916) y House of Cards (1917).
Muchas son las mujeres famosas en el mundo del cine, aunque la mayoría lo sean por su talento como actrices. Sin embargo, es triste que talentos como el de Alice Guy, que impliquen una labor pionera en el campo de la acción y del emprendimiento, queden prácticamente en el anonimato. Es por ello por lo que la Gran Logia Femenina de España quiere hacerse eco de toda su labor y de su capacidad de visión, de pre-visión y de creatividad inteligente.