EL AVE FÉNIX

Barcelona, 14 de noviembre de 2022

El Fénix es un hermoso ejemplar de ave que, cuando se acerca su muerte, se incinera a sí mismo para renacer de sus propias cenizas. Estamos ante un interesante símbolo cíclico, de una gran complejidad, pero que ha calado en el imaginario popular, de tal manera que, de quien es capaz de sobreponerse a grandes males, desgracias o fracasos, se dice que es como un Fénix.

Actualmente tiene una nueva vida a raíz de las novelas y películas de “Harry Potter”, de la escritora Joanna K. Rowling. En ellas, el Fénix muestra algunas de sus extraordinarias habilidades, pero su existencia es muy anterior al siglo XX, debiendo remontarla a la antigüedad egipcia, griega, romana, turca, persa, china, donde simboliza el sol y, en la edad media, también está presente en el cristianismo.

Su tamaño es similar al de un águila y tiene diversos colores según los diferentes mitos, siendo los más comúnmente admitidos el rojo con toques dorados. Varios autores de la antigüedad, como Heródoto, Plinio, Manilio, etc., se hacen eco de su existencia.

En Egipto es el ave de los orígenes del mundo, además de simbolizar el renacimiento y el tránsito del iniciado de este mundo al otro. Representa el cielo como un corazón colocado sobre un brasero cuyo fuego alimenta su vigor. El cielo es eterno y no puede envejecer y, por ello, esta simbolización nos lleva al Ave Fénix.

En Roma aparece en el siglo I en torno al núcleo de especulaciones sobre la eternidad, las mutaciones del alma y la vuelta a la Edad de Oro. Tiene carácter andrógino y su mito relata la muerte voluntaria por medio del fuego, para lograr la ansiada eterna juventud, y la posterior resurrección. Antes de morir, emprendía un largo e iniciático viaje.

Siguiendo a René Guénon, el mito cíclico del Fénix se refiere a los mitos sobre el Sol, a Heliópolis, en la Tula Hiperbórea, ciudad solar descrita por Homero, “donde están las revoluciones del Sol”, y donde el mito del Ave Fénix tendría su perfecto engarce.

Renacimiento, renovación, resurgimiento, resurrección, todos estos conceptos, unidos al concepto del Sol, de la Luz, de la Energía, y del alma y sus rotaciones, sus mutaciones, sus metamorfosis, así como la posibilidad de mejora, de elevación, todo junto y a la vez, nos acerca al potente símbolo del Ave Fénix.

Quizá podemos quedarnos con las palabras de Christian Jacq: “El Fénix, símbolo de la vida renovada, es una de las formas en que el iniciado se desplaza al más allá y lo relaciona con el propio nacimiento de la energía.” #GLFE #MasoneríaFemenina

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