Edit. Albin Michel, París 1985
Barcelona, 6 de julio de 2023
La filósofa francesa Marie-Madeleine Davy (13-09-1903/01-11-1998), ha dedicado su vida intelectual y espiritual a la búsqueda de los conocimientos que nos puede aportar el simbolismo, y lo ha hecho analizando la obra de pensadoras y pensadores, como Simone Weil, o religiosas y religiosos del siglo XII, así como el simbolismo que se muestra en el arte románico.
El desierto interior es una de sus más interesantes obras espirituales, en las que analiza el simbolismo del desierto. Explicita qué es lo que deben abandonar los eremitas tanto del desierto interno como del externo: familia, amistades, lugar de nacimiento, oficio, hábitos, conocimientos adquiridos desde el nacimiento, etc., todo ello por la desesperada búsqueda del sentido, por el deseo de salvación.
Comienza su análisis por el desierto exterior, presente en la espiritualidad de oriente y occidente que ella rastrea desde las fuentes judías de Filón, el antiguo Egipto, los tiempos bíblicos y los Padres de la Iglesia, donde es de notar, creemos que, quizás sin darse cuenta, la ausencia de las Madres de la Iglesia, que también las hubo, especialmente entre los ascetas llamados “terapeutas” y que también decidieron vivir en el desierto
Pero lo que interesa de este libro es el desierto interior, aquel en el que no es preciso ir a un desierto geográfico real. El desierto es “ese lugar de elección en el cual el amor y el conocimiento se hermanan, donde el desapego florece en experiencia, haciendo franquear la Puerta de oro, dando acceso al Vergel de los Misterios”.
En este desierto se reciben las enseñanzas de la migración, es decir, la conversión a la vida del espíritu; de la pobreza, que no es como la pobreza exterior tal como se entiende normalmente, sino que es la renuncia al estado de criatura y la renuncia a Dios; de la soledad, que nos permite alejarnos de lo que puede atraernos del mundo y que nos permite ser libres, pues podemos romper los lazos que nos aten con el exterior, y, por último, la enseñanza del abandono, de la desnudez ante la aproximación a la unidad. “El habitante del desierto interior está totalmente desposeído, privado de todo tener. Su discernimiento le permite distinguir lo provisional de la realidad. Se desprende de lo que pertenece al pasaje, a lo ilusorio, a la manifestación. El hombre así despojado, se sitúa en su desierto interior.”
A partir de este momento, de este despojamiento, se producirán las aproximaciones a los misterios, la iniciación interior y las bodas, que para Davy constituyen el fin del proceso: bodas de Yavé con su pueblo, del filósofo con la sabiduría, de lo femenino con lo masculino, del amor con el conocimiento.
Quizá el problema que vemos en este punto, es que M-M Davy tiene presente las bodas que se producen en la vida corriente, pero sin profundizar en el significado real de estas bodas, lo que simbólicamente las tiñe un poco de sexismo, al dar por sentado que en la naturaleza ya estaba previsto el contrato matrimonial entre una mujer y un hombre, pues por este simbolismo de las bodas reales, se ve obligada a establecer correlaciones entre Adam, como sujeto del conocimiento inteligible, y Eva, como sujeto de conocimiento sensible, cosa que no es exactamente lo que ocurre en la realidad, donde los seres humanos, independientemente de nuestro sexo, tenemos las mismas capacidades intelectuales y sensibles. Además, en la cábala, que procede del misticismo judío, al que no puede “acusarse” de progresista, se estudia que las tres sefirot superiores, que podemos representar con tres puntos.·., son: Kéter La Corona; Jojmá, cuyo arquetipo es Adam, y representa la Sabiduría, el conocimiento intuitivo, lo inconsciente, y Biná, cuyo arquetipo es Eva, y es el Entendimiento, el pensamiento racional, la organización, la planificación.
Pese a estas pequeñas incongruencias, Marie- Madeleine Davy nos presenta en este libro un rico panorama del significado del simbolismo del desierto, tanto exterior como interior. #GLFE #MasoneríaFemenina
