MASONERÍA FEMENINA, MIRANDO HACIA ADELANTE

Conferencia de la Gran Maestra de la GLFE, Ana Cereijo Pinto, en la Biblioteca Pública

Arús de Barcelona

El pasado martes 21 de enero, la Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de
España, Ana Cereijo Pinto, presentó en la Biblioteca Pública Arús de
Barcelona, los principios básicos de nuestra institución masónica y su visión
sobre el futuro al que nos encaminamos. Es ya una tradición que las Grandes
Maestras de la GLFE, den una conferencia en esta singular biblioteca al
principio de su mandato.

Tras dar las gracias a los asistentes y a la Biblioteca por su acogida, comenzó
su charla con una interesante exposición que arranca aludiendo a versiones
más bien míticas de la historia de la masonería y que, a partir de 1717, va
cobrando un mayor rigor historiográfico. En lo que se refiere a la masonería
desde 1893 dos caminos se empiezan a abrir para la incorporación de las
mujeres: el de las logias de adopción y el de la participación en una obediencia
mixta como el Derecho Humano, fundada por María Deraismes y George
Martin en Francia. En años posteriores encontraremos a mujeres como Louise
Michel, Helena Blavatsky, Ana de Castro Osorio o Maria Veleda y, en España,
Rosario de Acuña, Ángeles López de Ayala, Ana y Amalia Carviá, Belén
Sárraga o Mercedes Vargas en el siglo XIX y en el XX Carmen de Burgos
“Colombine”, Aurora Bertrana o Clara Campoamor, entre otras.
En cuanto a la época actual, nuestra Gran Maestra afirmó que “la mujer que
desea iniciarse puede hacerlo en una logia mixta o en una femenina, pero
todas las que estamos en la GLFE hemos elegido trabajar en una organización
solo de mujeres por ser un lugar en el que se genera un ambiente de confianza
para nuestro desarrollo personal que facilita la apertura y sinceridad en la
expresión de nuestros sentimientos, pensamientos y reflexiones.
Los ritos, los mitos y los símbolos tienen lecturas racionales, analíticas y
lógicas a las que todos podemos acceder, pero su valor más significativo reside
en las variantes emocionales que provocan. El sentimiento y la emoción de
todo lo simbólico es lo que puede hacer que quien se inicie, se convierta en hilo
conductor de nuestra divisa, porque la masonería se vive y se siente de un
modo muy íntimo y personal, aunque sea en compañía.


Las emociones no tienen género, pero la construcción cultural del género sí
influye decisivamente en la forma en la que nos enfrentamos a ellas, porque a
hombres y a mujeres no se nos enseñó a vivir de la misma manera, no se nos
ofrecieron patrones igualitarios a seguir, ni a qué debemos dar prioridad en
nuestras vidas. Por tanto, hombres y mujeres no nos damos el mismo permiso
para experimentar según qué emociones, y no vivimos con la misma intensidad
cada una de las emociones que sentimos.
Las emociones no tienen género, pero la construcción cultural del género sí
influye decisivamente en la forma en la que nos enfrentamos a ellas, porque a
hombres y a mujeres no se nos enseñó a vivir de la misma manera, no se nos
ofrecieron patrones igualitarios a seguir, ni a qué debemos dar prioridad en

nuestras vidas. Por tanto, hombres y mujeres no nos damos el mismo permiso
para experimentar según qué emociones, y no vivimos con la misma intensidad
cada una de las emociones que sentimos.
 
Sin embargo, preferir trabajar en la intimidad de un espacio de mujeres no es
ningún obstáculo para afirmar la colaboración necesaria de todas las masonas
y masones en la plasmación real de la libertad, la igualdad y la fraternidad para
la construcción de un mundo mejor.”
En la actualidad, la masonería femenina está más activa que nunca en todo el
mundo y existen relaciones entre sus integrantes a través del llamado “Centre
de Liason International de la Maçonnerie Féminine” (CLIMAF), al que
pertenecen las Grandes Logias Femeninas de Francia, Bélgica, Suiza,
Portugal, Italia, Alemania, España, Turquía, Rumanía, Bulgaria, Camerún y
Benín. En el continente americano, a través de la Federación Americana de
Masonería Femenina (FAMAF), nos encontramos con la integración de las
Grandes Logias de Chile, Argentina, México, Venezuela, Bolivia, Uruguay y
Estados Unidos. Ambas organizaciones trabajan en proyectos conjuntos para
fomentar nuestros valores comunes.


Mirando al futuro, la GM nos dice: “En la masonería hay una tensión
permanente entre la tradición y la innovación. Hay que esforzarse para que el
peso de la tradición masónica y el apego a sus usos y costumbres no se
convierta en un inmovilismo estéril y los excesos innovadores no nos pierdan
en el camino y olvidemos nuestra idiosincrasia. La masonería es una
fraternidad, una escuela de vida y una forma de socialización, un proceso de
transformación a través de un camino en el que es imprescindible atreverse a
pensar, a avanzar, a cambiar, a renacer, a desprenderse de lo inútil y dañino,
para progresar en el proceso de superación al que nos comprometemos.” (…)
“El aprendizaje masónico implica a la persona en su conjunto, no sólo a la
cabeza (a la razón), ni sólo al corazón (a las emociones), ni sólo a la voluntad
(a su tesón y trabajo sin descanso). En este aprendizaje integral se movilizan
todas las capacidades humanas, para conseguir un progreso moral sobre las
bases de un ser humano más consciente, sabio y capaz de actuar bien, tanto
en el ámbito privado como en el público.”
El acto se desarrolló en tres tiempos (pasado, presente y futuro) y tras cada
uno de esas partes se abrió un turno de palabras en los que se produjo un
interesante planteamiento de preguntas y debate.
La conferencia al completo puede seguirse por el canal Youtube de la Gran
Logia Femenina de España o por la página web de la Biblioteca Pública Arús de

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