El Roque Bentayga en Gran Canaria

El Roque Bentayga, un imponente monolito de origen volcánico, es emblemático de Gran Canaria. Ubicado en el corazón de la caldera de Tejeda, ha sido durante siglos un lugar de gran relevancia cultural y espiritual para los antiguos canarios. La especial ubicación del Bentayga, prácticamente en el centro geográfico de la
Caldera de Tejeda, así como su propia configuración de auténtica fortaleza natural, con alturas de hasta 1.414 metros sobre el nivel del mar, hacen de él un ejemplo de cómo los canarios aprovecharon formaciones naturales para construir sus fortificaciones, convirtiéndolas en refugios para la población tanto en cuevas excavadas como en rocas naturales retocadas o complejos graneros, llenos de silos en los lugares más inaccesibles. En el Roque Bentayga se han contabilizado más de un
centenar de cuevas.

En la zona de la Fortaleza, encontramos evidencias de antiguos lugares de culto y ritual, que han sido excavados en cuevas o en plataformas de toba en superficie, como el Almogarén del Bentayga. Este Almogarén es una plataforma circular con dos niveles diferentes, así como una serie de cuevas artificiales, plataformas talladas, glifos (signos grabados) y cuencas. Además, en el nivel inferior de la plataforma, hay una depresión central donde los canales excavados en la base se encuentran. Su forma circular representa la unidad y la perfección, conectando al individuo con el universo. Los estudios efectuados sugieren que la alineación del sol con esta depresión central permitió a los guanches de la isla convertirlo en un observatorio astronómico para realizar un seguimiento del
equinoccio según los movimientos del sol y la luna, establecer el ciclo agrícola anual y celebrar rituales asociados a los ciclos naturales. En cada equinoccio, cuando los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol y la noche dura exactamente lo mismo que el día, un rayo solar incide
directamente sobre un círculo grabado hace siglos en la base del Bentayga.


Era un lugar donde se establecía una comunicación con el mundo espiritual, permitiendo a los faycanes y las harimaguadas comunicarse con los dioses y los antepasados.El Roque Bentayga, más allá de ser una impresionante formación geológica, representa un compendio de la cosmovisión y espiritualidad de los antiguos canarios. Su significado trasciende lo físico, convirtiéndolo en un eje central de su sistema de creencias y prácticas rituales. Era percibido como un pilar que conectaba los tres mundos: el cielo (representado por su cúspide), la tierra (su base) y el inframundo (las profundidades de la tierra).

Para los aborígenes canarios,era el ombligo del mundo, el punto desde donde se
ordenaba el cosmos. Era un lugar de referencia tanto geográfica como espiritual.
Su relación con los elementos naturales era fundamental en la cosmovisión aborigen. El agua, elemento vital para la supervivencia, estaba presente en numerosos rituales asociados al roque. Se cree que el agua de lluvia que caía sobre el roque era considerada sagrada y utilizada en ceremonias purificadoras. La tierra, como fuente de alimento y sustento, era venerada por los antiguos canarios. Y el fuego, elemento transformador y purificador, estaba presente en muchos rituales. Se cree que en el Bentayga se realizaban hogueras rituales para comunicarse con los dioses y pedir protección.
Ha sido durante siglos fuente de innumerables leyendas y mitos que, transmitidas dege neración en generación, han tejido una rica trama de creencias y supersticiones en torno a este monolito sagrado. Una de ellas cuenta que el Roque Bentayga era, en realidad, un gigante que, derrotado en una batalla, quedó petrificado en su actual posición y refleja la admiración y el temor que inspiraba esta formación geológica.

Otra leyenda, la de la Puerta al Inframundo, narra la creencia de ser una conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos, por lo que los antiguos canarios realizaban en este lugar rituales para comunicarse con sus antepasados y buscar consejo. O la del Nido de los Dioses, el hogar desde donde observaban y guiaban a los hombres. Se creía que los faycanes podían ascender hasta la cima del roque para comunicarse directamente con las deidades. Aunque la información detallada sobre estos rituales es limitada por la falta de registros escritos, podemos deducir algunas prácticas por las evidencias arqueológicas y las leyendas transmitidas
oralmente. La danza y la música eran elementos fundamentales en estos rituales que se sincronizaban con los ciclos lunares y solares. Se bailaba en círculos alrededor del roque con flautas y tambores. Los participantes se pintaban el cuerpo con pigmentos naturales para conectar con el mundo espiritual y representar a los dioses,
o para comunicarse con los antepasados, a los que consideraban guías y protectores de la comunidad. El Roque Bentayga también era para ellos un lugar de protección. Creían que los espíritus que lo habitaban podían protegerles de enfermedades, desastres naturales y enemigos. El Bentayga, con su rica historia y simbolismo, encierra un universo de significados que los antiguos canarios plasmaron en sus rocas y rituales. La orientación precisa del almogarén sugiere un profundo conocimiento de la astronomía. Las incisiones y alineaciones apuntan a puntos cardinales y estrellas clave, lo que indica su uso como calendario solar y lunar. No deja de ser curioso como un pueblo que vivía aislado, supo desarrollar en total armonía con la madre tierra una tradición espiritual tan compleja y
un conocimiento astronómico tan exacto.

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