DÍA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA 16 de noviembre

Caminamos hacia un ideal de humanidad y dignidad


En 1995 la UNESCO, ante el mundo cambiante y diverso en el que ya vivía la
Humanidad, proclamó su “Declaración de principios sobre la Tolerancia” y el 16 de
noviembre de 1996 se celebró su primer día internacional. Según estos principios, la
Tolerancia es el “cemento” que permite construir una sociedad diversa y, al mismo
tiempo, pacífica y democrática. El camino para ello han de recorrerlo los individuos,
las sociedades y sus gobiernos, todos en colaboración a través, ante todo, de la
educación y la comunicación.
La Gran Logia Femenina de España además de considerar la Libertad, la Igualdad
y la Fraternidad como premisas esenciales, como las demás Grandes Logias, añade
la Tolerancia y la Laicidad. No es de extrañar, pues, que celebremos con un
profundo interés esta fecha. Para nosotras, la Tolerancia debe basarse en el respeto
a todo ser humano como igual a nosotros en dignidad, sin distinción entre razas,
sexos o creencias.

Ser tolerante con alguien, que solo puntualmente discrepa de nosotros, es
relativamente fácil, pero no afronta la diversidad creciente en nuestra sociedad y no
contribuye a la solución de las dificultades, sólo tranquiliza momentáneamente
nuestras conciencias y las adormece. El autoritarismo de algunos grupos o
gobiernos actuales son buena prueba de ello, con una apariencia de tolerancia
frente a quienes discrepan o son distintos.
La Tolerancia no es permisividad con límites, sino que conlleva empatizar, dialogar,
consensuar y tender puentes.
Es descorazonador ver lo fácil que resulta engañar a nuestra conciencia, aunque
también resulta satisfactorio ver que, en circunstancias límites como algunas de las
que hoy vivimos, el ser humano es capaz de alzar la voz en contra del maltrato a
quien es diferente.
Y por ello, este 16 de noviembre, como en años anteriores, desde la Gran Logia
Femenina de España queremos alzar la voz para celebrar y poner de manifiesto, la
importancia de la Tolerancia real, un gran valor que cohesiona a los grupos
humanos y les permite convivir con sus diferencias y en libertad. La interiorización
de la tolerancia conlleva una actitud imprescindible para construir sociedades más
humanas y dignas.

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