Las Montañas Sagradas de Gran Canaria: el yacimiento de Risco Caído

Risco Caído es considerarlo un monumento arqueológico excepcional a escala mundial. Abarca un territorio de 17.982 hectáreas de imponentes riscos, acantilados, profundos barrancos y formaciones volcánicas monumentales en Gran Canaria. Este espacio fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco el 7 de julio de 2019, por considerarlo un tesoro que
ejemplifica los conocimientos de astronomía de los antiguos canarios.
El poblado de Risco Caído es un asentamiento formado por 21 cuevas excavadas en la toba volcánica, sobre un escarpado acantilado en la margen izquierda de Barranco Hondo y alberga uno de los conjuntos arqueológicos más singulares y extensos en las culturas insulares del planeta. La antigua población de Gran Canaria fue la única del archipiélago que fabricó asentamientos trogloditas complejos en los riscos.
Iniciaron un modelo de habitación que sigue vivo como la casa-cueva. A ello se suma la pervivencia de tradiciones y usos ancestrales como la trashumancia, el cultivo en bancales, el aprovechamiento de especies vegetales endémicas, el trabajo de la loza a mano o el manejo del agua.


Una de estas cuevas (la única hallada en el Archipiélago con techo de cúpula), la
denominada por los investigadores “cueva C6” sería específicamente un Almogarén o santuario, con la singularidad de haber sido excavado con planta circular y una cúpula perfectamente labrada que “dispone de un ingenio óptico o canal de luz excavado que proyecta la luz del sol o de la luna llena en una de las paredes de la cámara principal, donde se encuentran, precisamente, los grabados en bajo relieve con forma de cazoletas y triángulos púbicos. En ella se produce el curioso fenómeno cuando los rayos solares, penetrando por un ventanal superior, iluminan la pared del lado oeste en su interior de una manera enigmática, señalando al amanecer desde el Equinoccio de Primavera al Equinoccio de Otoño, distintos grabados y pequeñas repisas. En las paredes y sobre todo en los suelos, tras las excavaciones arqueológicas, se encontraron bajo una capa compactada de tierra y paja, numerosas cazoletas excavadas. Estas formas, también denominadas cúpulas, se relacionan con la fecundidad, como sucede con los ideogramas deltriá ngulo femenino.


El templo aborigen funcionaba, además, como un calendario astronómico muy preciso, dado que,
en base a este ingenioso mecanismo, como es la entrada de la luz solar por el conducto hacia el interior de la cueva para iluminar los grabados rupestres, se podía saber con precisión el inicio de los equinoccios de primavera y otoño y del Solsticio de Verano. El significado holístico de Risco Caído va más allá de la simple observaciónastronómica. Este lugar era un centro espiritual donde se celebraban rituales y ceremonias relacionadas con los ciclos de la naturaleza, la fertilidad y la conexión con el mundo de los espíritus. Este lugar, era un elemento central en la cosmovisión de los antiguos canarios. Se consideraba un eje cósmico que conectaba el cielo, la tierra y el inframundo, considerando que el ser humano formaba parte de un todo cósmico. Los grabados rupestres de Risco Caído son una ventana al universo simbólico y espiritual de los antiguos canarios. Estos enigmáticos signos, esculpidos en las paredes de las cuevas, nos ofrecen pistas sobre sus creencias, prácticas rituales y su profunda conexión con el mundo natural y el cosmos. Algunos elementos recurrentes que podemos encontrar son: Las espirales que podrían representar ciclos cósmicos, la energía vital o la fecundidad. Risco Caído, testimonia la cúspide de una cultura insular desaparecida que, en situación de aislamiento, fue capaz de desarrollar una cosmovisión única en su género. Un lugar desde el que observaban y precisaban el paso de los astros a lo
largo del ciclo anual, demostrando el que los aborígenes canarios miraban al cielo en busca de respuestas y dominaban conocimiento astronómico, pilar del saber sagrado sobre el que se sustentaba todo su mundo. Creían, por ejemplo, que los espíritus de sus antepasados vivían en el sol, y que cada mañana a su salida por el Este aparecían por el firmamento, realizando el itinerario diurno hasta que finalmente desaparecían, para de nuevo regresar al día siguiente, quizás este es el motivo de que dominaran la técnica de la momificación.

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